El esófago de Barrett es una alteración que puede provocar en el paciente diversos síntomas. A continuación, vamos a tratar de entrar en detalle acerca de sus características y el tratamiento más aconsejable.
Definición
El esófago de Barrett es la sustitución de epitelio esofágico distal escamoso normal por epitelio columnar de tipo intestinal. El esfínter esofágico inferior se sitúa entre el esófago y el estómago. No siempre se da por pérdida de elasticidad.
El esófago de Barrett se considera una entidad premaligna y es el factor de riesgo más importante de la aparición del adenocarcinoma de esófago. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el riesgo de progresión es bajo, menor a 0,5% al año.
¿A quién afecta principalmente el esófago de Barret?
Los principales factores de riesgo son la edad superior a 50 años, la obesidad y la presencia de síntomas de reflujo gastroesofágico. Además, los varones son más proponsos a padecer esófago de Barret. Sin embargo, el esófago de Barrett también puede desarrollarse en ausencia de síntomas.
La mayoría no desarrolla cáncer de esófago. No se recomienda el cribado para descartar esófago de Barrett. Especialmente para aquellos pacientes que hayan consumido antiácidos durante años. De ser negativa la primera prueba, no habría que repetirla.
Síntomas y tratamiento
Se ha detectado esófago de Barrett en alrededor del 15 % de los pacientes con enfermedad por reflujo gastroesofágico crónica. Aún así, hasta el 25% de los pacientes no presentan síntomas.
Sí es cierto que puede aumentar la acidez gástrica, pero hay pacientes que no padecen síntoma alguno. Así, valorar los síntomas y tratamiento del esófago de Barrett dependerá siempre de la prueba diagnóstica que se decida realizar.
Técnicas endoscópicas
En los últimos años, los avances en la endoscopia han permitido mejorar el manejo de los pacientes con esófago de Barrett y reducir la necesidad de la esofaguectomía. Los métodos de tratamiento se basan principalmente en técnicas resectivas (resección mucosa o disección submucosa), que permiten el estudio anatomopatológico de todo el tejido tratado. También se apoyan en técnicas ablativas, principalmente radiofrecuencia y terapia fotodinámica. Estas últimas permiten el tratamiento de áreas extensas o focales de manera menos agresiva, pero sin posibilidad de realizar un estudio anatomopatológico. En pacientes con esófago de Barrett con displasia sin evidencia de lesiones macroscópicas, las terapias endoscópicas ablativas son de elección.
La alternativa más eficaz es la práctica de la endoscopia. Incluso el médico podría recomendar la cirugía para extirpar la parte de tejido dañada.
¿Cuál es el tratamiento más recomendable?
El abordaje de los pacientes con esófago de Barrett incluye el tratamiento de la enfermedad por reflujo gastroesofágico asociada, la vigilancia endoscópica para detectar la presencia de displasia y el tratamiento de ésta.
El control de la displasia
Se trata de una dolencia precancerosa solo diagnosticable al examinar el tejido en el microscopio. El diagnóstico de cualquier grado de displasia en el esófago de Barrett debe ser confirmado por un segundo patólogo experto. Se recomienda igualmente la derivación a centros de referencia de los pacientes en los que se confirme esta alteración:
- En los pacientes con histología indefinida para displasia se debe optimizar la terapia con IBP (inhibidores de la bomba de protones) y repetir la endoscopia con biopsias a los 6 meses.
- En los pacientes con displasia de bajo grado se recomienda repetir la endoscopia en 6 meses. Si se confirma la displasia debajo grado en la siguiente endoscopia se recomienda realizar ablación endoscópica.
- En los pacientes con displasia de alto grado, se recomienda repetir la endoscopia. Si las biopsias confirman la presencia de displasia de alto grado, se recomienda la ablación endoscópica, preferiblemente con radiofrecuencia. Ante la presencia de lesiones visibles con displasia de alto grado, deben realizarse técnicas de resección endoscópica.
Tratamiento de la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE)
El tratamiento debe consistir en el control de los síntomas y la curación mucosa esofágica si existe esofagitis. Los cambios en el estilo de vida son clásicamente recomendados en los pacientes con ERGE, sin embargo se deben proporcionar consejos específicos ajustados a cada paciente y basados en el conocimiento:
- Dieta: clásicamente se señala la asociación de múltiples alimentos y bebidas con la ERGE, aunque no existe demasiada información epidemiológica ni estudios de intervención para fundamentar dichas recomendaciones globalmente. Respecto a las comidas grasas, los cítricos, las bebidas carbonatadas o el chocolate, aunque se dispone de algunas evidencias que señalan mecanismos potenciales para promover el reflujo, no se ha demostrado que la limitación de su consumo beneficie de forma universal a pacientes con ERGE.
- Alcohol: en la misma línea, no se ha demostrado que la abstinencia de alcohol y la suspensión del café tengan un efecto beneficioso. La recomendación por tanto es aconsejar evitar estos alimentos solo a pacientes que los relacionen con la precipitación de los síntomas.
- Tabaco: el abandono del hábito tabáquico es una medida claramente recomendable. Su suspensión mejora la gravedad de los síntomas.
- Obesidad: se recomienda disminuir de peso en pacientes con sobrepeso y obesidad y evitar el aumento ponderal en pacientes sin sobrepeso.
- Medidas posturales: la elevación del cabecero de la cama produce un beneficio en pacientes que tienen reflujo nocturno.
Los IBP son el tratamiento de elección para el control de los síntomas de reflujo. Además, estos se deben mantener en pacientes asintomáticos, dado que varios estudios de cohortes sugieren que los sujetos con esófago de Barrett en tratamiento mantenido con IBP tienen un riesgo menor de progresión a displasia.
El reflujo se trata de una patología muy común que debe tratar el médico de cabecera. Los síntomas refractarios del ERGE o el diagnóstico de esófago de Barrett son motivos para derivar al especialista. Detectarlo a tiempo mejora el pronóstico y protege la calidad de vida con relativa facilidad.