El verano está en pleno apogeo y, con él, llegan altas temperaturas que pueden resultar desafiantes para nuestra salud y bienestar. El calor excesivo puede tener un impacto significativo en nuestro cuerpo y mente, lo que hace vital conocer las medidas adecuadas para combatirlo y protegernos a nosotros mismos y a quienes nos rodean. En este artículo, exploraremos cinco consejos prácticos cómo combatir el calor y las altas temperaturas y, además, discutiremos qué hacer en caso de encontrarnos frente a una persona que sufre un golpe de calor.
¿Qué efectos produce el exceso de calor?
Mantenerse hidratado, buscar lugares frescos, usar ropa adecuada y evitar la exposición prolongada al sol son algunas de las formas en las que podemos cuidarnos durante períodos de calor intenso. Si no lo llevamos a la práctica los efectos que puede provocar el calor son efectos como:
- Deshidratación: el calor intenso puede aumentar la transpiración, lo que lleva a una pérdida de líquidos y electrolitos esenciales en nuestro cuerpo. La deshidratación puede causar sequedad en la boca, sed extrema, fatiga y mareos.
- Agotamiento por calor:es una respuesta del cuerpo al estrés térmico prolongado. Puede manifestarse con síntomas como debilidad, sudoración excesiva, náuseas, vómitos y mareos. Es importante descansar, hidratarse y refrescarse para evitar que el agotamiento por calor progrese a un golpe de calor.
- Calambres musculares: especialmente en las extremidades inferiores. La pérdida de líquidos y electrolitos, como el sodio y el potasio, puede contribuir a la aparición de estos calambres dolorosos.
- Mareos y desmayos: el calor extremo puede causar una disminución en el flujo sanguíneo hacia el cerebro, lo que puede provocar mareos y desmayos. Esto se debe a la dilatación de los vasos sanguíneos periféricos y la redistribución de la sangre hacia la superficie de la piel para ayudar a enfriar el cuerpo.
- Fatiga y debilidad: el exceso de calor puede generar una sensación generalizada de fatiga y debilidad. El cuerpo trabaja arduamente para mantener una temperatura interna estable, lo que puede agotar nuestras reservas de energía y dejarnos con una sensación de cansancio.
- Dolores de cabeza: las altas temperaturas pueden desencadenar dolores de cabeza en algunas personas. Esto puede deberse a la deshidratación, la dilatación de los vasos sanguíneos en el cerebro y el estrés térmico.
- Golpe de calor: es la forma más grave de lesión a la hora de conocer cómo combatir calor. Ocurre cuando el cuerpo no puede regular adecuadamente su temperatura interna y sobrecalienta. Los síntomas incluyen temperatura corporal elevada, confusión, convulsiones, falta de sudoración y pérdida de conciencia. El golpe de calor es una emergencia médica y requiere atención inmediata.
¿Qué hacer ante una persona con un golpe de calor?
Cuando una persona está sufriendo un golpe de calor, es crucial actuar rápidamente para brindarle la atención adecuada y evitar complicaciones graves. Vamos a conocer cómo proceder ante casos en los que el calor es protagonista y repercute en el bienestar de las personas:
- Llama inmediatamente a los servicios de emergencia para obtener ayuda profesional.
- Traslada a la persona afectada a un lugar fresco y a la sombra.
- Retírale la ropa extra y afloja cualquier prenda ajustada.
- Aplica compresas frías o utiliza agua fresca para humedecer su cuerpo y bajar la temperatura.
- Ofrece pequeños sorbos de agua fresca, siempre y cuando la persona esté consciente y pueda beber.
- Mantén vigilada la respiración y el pulso de la persona hasta que llegue la ayuda médica.
Recuerda que estos son solo pasos básicos de atención inmediata, y es fundamental buscar atención médica profesional lo antes posible.
5 consejos básicos sobre cómo combatir el calor
De manera generalizada podemos rescatar algunas recomendaciones para intentar lidiar con las altas temperaturas, aunque hay que valorar el entorno y condiciones de cada uno a la hora de saber cuál es la mejor fórmula para combatir el calor. Ten en cuenta es necesario:
- Mantenerse hidratado: bebe suficiente agua a lo largo del día para prevenir la deshidratación. Evita las bebidas alcohólicas o con cafeína, ya que pueden deshidratarte aún más.
- Vestir ropa ligera y de colores claros: opta por prendas holgadas y transpirables que permitan la circulación del aire. Los colores claros reflejan el calor en lugar de absorberlo.
- Buscar lugares frescos: permanece en espacios con aire acondicionado o usa ventiladores para mantener el ambiente fresco. Evita la exposición directa al sol durante las horas más calurosas.
- Protegerse del sol: usa protector solar, sombreros y gafas de sol para protegerte de los rayos UV. Busca sombra o utiliza parasoles cuando estés al aire libre.
- Planificar actividades al aire libre: realiza actividades al aire libre durante las horas más frescas del día, como la mañana o la noche. Evita el ejercicio intenso durante el calor extremo y descansa en lugares frescos cuando sea necesario.
¿Qué tipos de personas son más vulnerables a la hora de enfrentarse a una ola de calor o a la subida de temperaturas?
Cuando se trata de enfrentarse a una ola de calor o a una subida de temperaturas, es importante reconocer que algunas personas son más vulnerables que otras. Entre los grupos más susceptibles se encuentran los niños pequeños y los bebés, cuyos sistemas de regulación de temperatura aún están en desarrollo. También los adultos mayores, cuyos cuerpos pueden tener dificultades para adaptarse a los cambios bruscos de temperatura. Además, las personas con enfermedades crónicas, como diabetes o enfermedades cardíacas, tienen un mayor riesgo debido a su sensibilidad al estrés térmico.
Aquellos que trabajan al aire libre o realizan actividades físicas intensas también deben tener precaución, ya que su exposición prolongada al calor aumenta el riesgo de agotamiento por calor o golpe de calor. En resumen, es fundamental que estos grupos más vulnerables tomen medidas adicionales para protegerse durante épocas de calor extremo y se mantengan atentos a los signos de malestar térmico.
En cuanto a las personas que viven en áreas urbanas densamente pobladas, es importante destacar que, a la hora de combatir el calor, también pueden enfrentar desafíos adicionales durante una ola de calor. La denominada “isla de calor urbana” se refiere al fenómeno en el que las ciudades experimentan temperaturas más altas que las áreas rurales circundantes debido a la acumulación de calor en estructuras urbanas y la falta de áreas verdes. Esto significa que las personas que residen en zonas urbanas pueden enfrentar un mayor estrés térmico.
Además, aquellos que no tienen acceso a sistemas de enfriamiento eficientes, como aire acondicionado, pueden experimentar mayores dificultades para mantenerse frescos y cómodos durante los períodos de calor intenso. En vista de esto, es fundamental que las autoridades urbanas implementen estrategias de mitigación, como la creación de espacios verdes y la promoción de prácticas de construcción sostenibles, para ayudar a proteger a las comunidades urbanas de los efectos adversos del calor extremo.