Una herida crónica es la que precisa un periodo de cicatrización largo y tiene escasa o nula cicatrización espontánea. Estas heridas pueden llegar a tardar más de 6 semanas en cerrarse. Por tanto, cicatriza por segunda intención, es decir, se dejan cicatrizar abiertas para que cicatricen con tejido nuevo. Las heridas crónicas y agudas se diferencian en su proceso de curación. Las heridas agudas, siguen un proceso secuencial de reparación anatómico y funcional que dura menos tiempo.
Casos de GNEAUPP en los que se produce herida crónica
Existen muchos casos en los que se produce una herida crónica. A continuación, vamos a servirnos del Gneaupp (Grupo Nacional para el Estudio y Asesoramiento en Úlceras por Presión y Heridas Crónicas), el cual reúne algunos casos atendidos por el profesional de enfermería.
Herida crónica por úlcera de pierna tórpida
Se trata de un paciente que acude al servicio de urgencias tras un accidente de tráfico, con una lesión traumática en el miembro inferior izquierdo. La herida mide 6 cm de longitud, 4 cm de ancho y 0,3 cm de profundidad. Se limpia y cierra la herida en el quirófano, pero más tarde presenta un edema considerable a causa de una dehiscencia parcial.
Posteriomente se aplica Terapia de Presión Negativa (TPN) durante una semana. La herida se reduce a 4,5 cm de longitud, 3,5 cm de ancho y 0 cm de profundidad. Aparecen signos de hipergranulación en la herida después del primer cambio de apósito, se tratan con nitrato de plata de aplicación tópica y desaparecen estos signos.
Se continúa el tratamiento con TPN durante tres semanas y la herida se reduce hasta medir 3,5 cm de longitud y 3 cm de ancho. La herida ya no tiene ninguna profundidad y está totalmente granulada en toda su superficie.
Pie diabético
Paciente de 82 años de edad, con antecedentes de infarto de miocardio, diabetes de tipo 2 y mala circulación periférica.
Sufre una herida crónica por necrosis e infección de los tejidos, por lo que se somete a una amputación parcial del pie. La herida se trata con diferentes apósitos durante cinco semanas. Esto produce una maceración de la herida y aumenta el dolor y el olor en la misma. El paciente quiere evitar tener que someterse a una nueva cirugía de amputación y cambia de centro sanitario
Se trata la infección con apósitos y el dolor desaparece tras una semana de iniciar el tratamiento. Después de una semana, el paciente no presenta ya dolor. Se somete a tratamiento con Terapia de Presión Negativa (TPN) durante nueve semanas,hasta que la herida está casi cerrada.
Úlcera por presión
El paciente tiene 92 años y antecedentes de hipertensión arterial. Ha sido sometido a una cirugía de reconstrucción de cadera y estenosis espinal. En su talón derecho presenta una herida crónica en forma de úlcera por presión dolorosa que está siendo tratada con terapia convencional, pero lleva dos años sin cicatrizar. El dolor que le provoca la úlcera, junto a otros factores, hace que el paciente tenga la movilidad reducida, por lo que permanece en silla de ruedas. Para aliviar el dolor neurálgico y periférico el paciente toma una morfina, codeína, paracetamol y Lyrica®.
La herida se trata con el sistema de Terapia de Presión Negativa (TPN) durante ocho semanas. Al terminar el tratamiento, ha cicatrizado casi completamente.
Herida crónica por úlcera vascular
Un hombre de 51 años acude al Centro de Salud Xinzo de Limia con una úlcera venosa de categoría II en el miembro inferior desde cuatro años atrás. Sufre glucemia basal alterada, dislipemia a tratamiento con estatina, obesidad de grado III e isquemia venosa crónica en miembros inferiores. Su úlcera vascular está sobreinfectada y tiene tejido friable, tejido perilesional eritematoso y abundante exudado seropurulento. Necesita tratamiento analgésico y antibioterapia. Se controla su infección local con un apósito de plata y carbón, pero por falta de adherencia y autocuidados del paciente la cura no tiene éxito.
Se controló y trató la infección con apósitos y desbridamiento enzimático. Esto crea un ambiente húmedo que fomenta la cicatrización. El vendaje compresivo evita el edema y favorece el retorno venoso. Tras cinco años a tratamiento y curas programadas, las úlceras venosas se cierran.
Úlcera de difícil cicatrización
Este caso fue atendido en el Hospital Clínico Universitario de Valencia. El paciente es una mujer joven con una úlcera de difícil filiación en el maleolo interno de una pierna, sin componente isquémico, con mala evolución y dolor en aumento, con una valoración de 7 permanentemente y 10 durante las curas.
Se probaron distintas curas durante tres meses utilizando diversos métodos de compresión terapéutica. Pero la paciente no toleró el tratamiento a causa de una patología traumática previa en la extremidad. Finalmente, la herida mejora gracias al uso de un apósito con tecnología DACC, en una matriz de gel hidropolimérica en combinación con un gel de proteasa natural activa.
Estos casos en Gneaupp de heridas crónicas son algunos ejemplos de cómo se ha tratado una herida crónica en enfermería. Como se puede ver, la aplicación de los apósitos correctos, la higiene y la Terapia de Presión Negativa (TPN) suelen dar resultados positivos.