En muchas ocasiones, cómo prevenir un ictus es una pregunta que cualquier persona puede formularse. A continuación, se comentan las medidas más eficaces y las señales más características para saber reconocer fácilmente la aparición de esta dolencia. El objetivo es anticiparse y prevenir que un síntoma desemboque en algo mucho peor.
Enfermedad cardiovascular
La cuestión acerca de qué es un ictus cerebral se responde de una única forma: una enfermedad cerebrovascular. El derrame cerebral o ictus se produce al obstruirse o romperse uno de los vasos sanguíneos que llevan la sangre al cerebro. Esta circunstancia provoca que las células nerviosas dejen de funcionar por la falta de oxígeno.
¿Cómo detectar un ictus?
La frase «te puede dar un ictus y no enterarte», realmente es cierta. Los síntomas de un ictus en personas mayores suelen ser comúnmente los que a continuación se describen:
- Dolor de cabeza repentino.
- Pérdida de visión en uno o en los dos ojos.
- Visión doble.
- Imposibilidad de hablar o entender lo que se dice.
- Problemas de equilibrio. El paciente siente vértigo.
- Debilidad en las extremidades o en la cara.
Los anteriores sintomas de ictus leve han de ser reconocidos por la persona o por quien le acompañe. Por ello, los signos de ictus han de conocerse muy bien cuando convivimos en el día a día con una persona mayor.
¿Qué se debe hacer?
La rápida actuación ante un ictus es imprescindible. Hay que ir inmediatamente al hospital más cercano. El objetivo es someterse a la revisión y tratamiento por parte de un neurólogo. En un alto porcentaje de ocasiones, el tratamiento más rápido conlleva la recuperación total. Pero en realidad, ¿sabes cómo detectar un ictus en un minuto? Comprobando si la persona puede mover sus extremidades y si puede hablar o comprender lo que se le comenta. En caso contrario, es imprescindible contar con un equipo médico que diagnostique lo sucedido. No es que esta actitud responda a cómo prevenir un ictus, pero sí contribuye a paliar sus consecuencias.
Tipos de ictus
Son dos, siendo imprescindible una prueba diagnóstica para certificar el tipo correspondiente. Tras el análisis de la situación, se concluirá si se padece uno u otro:
- Infarto cerebral o isquémico: la arteria está obstruida por un trombo o coágulo de sangre. El flujo sanguíneo se ve limitado parcialmente impidiendo la oxigenación del cerebro.
- Hemorrágico: representa como máximo el 15 % de los casos. Está provocado por la rotura de una arteria o vena que produce una hemorragia en el interior del cerebro. La falta de oxígeno provoca la muerte de las células nerviosas.
Sin ser un tipo como tal, ha de aclararse que la fibrilación auricular produce esta alteración. Este tipo de arritmia la padecen 650.000 personas que presentan más posibilidades de experimentar problemas cardíacos.
¿Cuáles son las secuelas de un ictus?
Todo dependerá de la zona del cerebro afectada. Lo habitual es presentar en la contraria problemas de movilidad, sensibilidad y visión. Dependiendo de la gravedad, será necesario el uso de la fisioterapia o la rehabilitación cognitiva entre otras. He aquí la importancia de contar con el apoyo del neurólogo. La recuperación de un ictus es posible con constancia y siempre que se actúe a tiempo.
¿Cómo evitar un ictus?
Volviendo al principio, al preguntarse cómo prevenir un ictus, quizá se piense que no es tarea fácil. Estudios médicos confirman que podrían evitarse hasta el 80 % de los casos con relativa facilidad. Asimismo, las causas se dividen en dos grandes grupos.
Pueden modificarse
Algunas investigaciones realizadas confirman que se algunos hábitos pueden paliar la aparición de un posible ictus. Para ello se debe evitar:
- Caer en el alcoholismo: cada bebida de alta graduación aumenta el número de posibilidades. A más alcohol, más riesgo.
- No controlar el nivel de colesterol: es aconsejable someterse a análisis de sangre para tomar las medidas oportunas en caso de subida.
- Padecer diabetes tipo 2: la resistencia a la insulina aumenta la posibilidad de padecer arterioesclerosis. Lo mismo ocurre con la resistencia a la insulina. Son las mujeres las más proclives a sufrir un ictus por estas causas.
- Sufrir hipertensión: las arterias se endurecen cuando hay tensión alta, se engrosan y pueden romperse.
- Ser obeso/a. El riesgo aumenta hasta en un 2, 5 % y un punto más dependiendo del índice de masa corporal.
- Fumar: la nicotina y los más de 3 000 agentes químicos que contiene un cigarrillo afectan a los vasos sanguíneos.
- Llevar una vida sedentaria: realizar alguna actividad evita la arterioresclerosis, la hipertensión y favorece la pérdida de peso.
Que no dependen del paciente
Se incluye en este apartado la edad. En el caso de los hombres, cada año que pasa, supone un 9 % más de probabilidades. En el caso de las mujeres, un 10 %.
Respondida la pregunta de cómo prevenir un ictus, solo hay que poner en práctica las medidas oportunas. La dieta mediterránea, la actividad física y el control médico contribuyen a evitarlo. El mínimo síntoma es suficiente para confiar en médicos y profesional de enfermeria del hospital más cercano. Actuar con rapidez supone un seguro de vida y una adecuada recuperación progresiva.